Apolodoro:
Perseo se detuvo junto a ellas [las gorgonas] aún dormidas
y, guiada su mano por Atenea, volviendo la mirada hacia el escudo de bronce en
el que se reflejaba la imagen de
Tras comprometerse Perseo con el rey Polidectes a conseguirle como regalo la cabeza
de la Gorgona Medusa, la diosa Atenea decidió ayudarle entregándole un escudo
brillantemente pulimentado, de manera que, cuando fuese a degollarla, no mirase
directamente el rostro de la hija de Forcis, sino su reflejo para así no ser
convertido en piedra.
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