Antorcha de Salmoneo

(Apolodoro):

Salmoneo primero se estableció en Tesalia, después fue a Élide y allí fundó una ciudad. Mostró su arrogancia queriendo igualar a Zeus y fue castigado por su impiedad: decía que él era Zeus, a quien despojó de las ofrendas al ordenar que los sacrificios se hicieran en su propio honor, y arrastrando de su carro odres secos y calderas de bronce, decía que tronaba, y arrojando al cielo antorchas encendidas, decía que relampagueaba. Pero Zeus lo fulminó y destruyó la ciudad fundada por él, así como a todos sus habitantes.^.

 

Salmoneo, hermano de Sísifo (el de la roca), recorría las calles de su ciudad, Salmone, montado en un carro llevando calderos de bronce a rastras que, al chocar contra el suelo, producían un ruido insoportable, como las latas de cerveza y Coca-Cola que los sandungueros ponen en los coches de los recién casados aún hoy día. Pretendía que aquel sonido fuese interpretado por truenos anunciadores de lluvia. No contento con este tormento para los oídos de sus súbditos, arrojaba desde el carro antorchas encendidas con hojas de roble, el árbol sagrado de Zeus, quemando vivos a los pobres ciudadanos, obligados a tomarlas por rayos, e incendiando sus casas. Harto de su prepotencia regia, el padre de los dioses le enseñó lo que es un rayo de verdad.

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